El inicio del fin

Se acabaron los pulmones ahogados por la arena.

Se acabaron las hormigas deambulando por tu cerebro.

Se acabaron los silencios llenos de gritos.

Se acabó la tortura.

Se acabaron las pesadillas de cada día.

Se acabaron las horas dominadas por la duda.

Se acabaron los nervios al despertar.

Se acabó. Porque yo aún no estoy acabada.

Empezarán los pulmones abiertos.

Empezará el cerebro inundado de imaginación.

Empezarán las noches conquistadas.

Empezará la verdad.

Empezarán los sueños de cada día.

Empezarán las horas desbordadas de vida.

Empezará la ilusión de existir.

Empezará. Porque yo aún estoy dispuesta a empezar.

Ant Face - Salvador Dalí

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Ataque

A veces la única forma de sentirnos protegidos es atacar. Otras, solo podemos atacar si nos sentimos protegidos.

I me mine

Tu rosa

Parecido a cuando El Principito conoció a su rosa. Era única. Él había plantado baobabs, conocía los secretos de los volcanes…pero nunca había visto una rosa. Eso la hacía especial, y a ella le encantaba. Se sentía única. Como también me sentía yo.

Pero cuando El Principito llegó a la Tierra descubrió que su rosa no era exclusiva. "Me creía rico con una flor única y resulta que no tengo más que una rosa ordinaria." Había un campo lleno de miles como ella. Incluso más grandes, más rojas y con más espinas.

Pero como muy bien le dijo el zorro: "Fue el tiempo que pasaste con tu rosa lo que la hizo tan importante." Había muchas pero ninguna de ellas era su rosa. Y es que por muy grandes, rojas y punzantes que fuesen ninguna había vivido con él lo mismo que su rosa. Él no había cuidado a ninguna como lo había hecho con ella. No las había regado. No las había protegido del viento. Por eso su rosa era especial. Por eso yo era especial.

Pero poco a poco El Principito fue conociendo a otras rosas. Y seguro que regó alguna. Y seguro que protegió a alguna del viento. Pero su rosa seguía siendo su rosa. Y seguía siendo única. Probablemente ella tuvo miedo. Miedo de que el tiempo que pasaba con otras rosas las hiciese más especiales que a ella. Y claro que las hacía especiales, pero ninguna lo era tanto como ella. A pesar de todas las rosas que conoció su rosa nunca dejó de ser su rosa.

Ojalá que, por muchas rosas que cuides, que riegues o que protejas del viento, yo siempre siga siendo tu rosa.

"Fue el tiempo que pasaste con tu rosa lo que la hizo tan importante."

 

Para mi otro yo.

Inseguridad.
Te falta quererte.
Es insoportable darte cuenta de la minucia que eres. De lo poco que te echarían de menos y lo mucho que echarías tú en falta.

La inaguantable idea de querer ser especial. Diferente, importante. Pero si nisiquiera lo eres para ti, ¿por qué lo vas a ser para otros?

Basta ya. Que termine esto.
Empieza por darte cuenta de lo que eres para ti. Mírate un poco el ombligo y deja de preocuparte por lo que piensen.

Quiérete.

Vales mucho y tú eres quien tiene que darse cuenta. No ellos. Que sea el principio de un largo camino. Que sea el primer escalón hacia el cielo y la última pisada del infierno.

"Stairway to heaven"